8 de Mayo de 2025

Carlo & Francesco, Two of Us - Una experiencia única en Milán y Roma

El domingo 27 de abril de 2025, en la plaza de San Pedro de Roma, durante el Jubileo de los Adolescentes, Carlo Acutis (1991-2006) debería haber sido proclamado santo.

Debido a la muerte del Papa Francisco, el acontecimiento se pospuso, pero el grupo de alumnos de 4.º de ESO que tenía previsto asistir a la canonización, viajo igualmente a Roma y pudo asistir al funeral del Santo Padre.

Imatge
Carlo & Francesco, Two of Us

En su último año de vida, Carlo Acutis era estudiante de una escuela jesuita en Italia: el Instituto Leone XIII de Milán. Era un estudiante normal, un adolescente a quien le gustaba pasar el tiempo libre con sus compañeros de clase, hacer voluntariado y experimentar con las nuevas tecnologías. Además, también era una persona especial. Durante los meses previos a su prematura muerte, Carlo dejó una huella profunda e imborrable en su escuela. Su fe, tan extraordinaria para alguien tan joven, su alegría contagiosa, su generosidad y su inclinación natural a incluir a los otros, fuesen quienes fuesen, lo convirtieron instantáneamente en alguien querido y una persona inolvidable entre todos aquellos que le conocieron. En la escuela Loene XIII, su memoria aún sigue viva. Su historia, su vida, sus mensajes y su ejemplo se extienden por toda Italia y en el mundo entero, ofreciendo un gran signo de esperanza para muchos. Con motivo de su canonización, quisieron reunir jóvenes de las escuelas jesuitas de todas partes del mundo.

La muerte del Papa Francisco ha provocado que la canonización de Carlo Acutis se haya pospuesto, pero el grupo de alumnos de 4.º de ESO que tenía previsto viajar a Italia mantuvo su viaje a Milán, especialmente al Instituto Leone XIII, y de ahí viajó a Roma para asistir a la despedida del Papa Francisco en la plaza de San Pedro del Vaticano. Tuvieron la suerte de vivir un momento histórico y, a su vez, muy emotivo.

«En este viaje hemos aprendido lo importante que ha sido el Papa Francisco para la Iglesia, y también hemos descubierto que hemos vivido una experiencia, no solo histórica, sino vital, que ha marcado un antes y un después en nuestras vidas.»