La educación en el tiempo libre es vital para el desarrollo de niños y jóvenes

El tiempo de tiempo libre es esencial porque se trata de un espacio en el que la persona puede realizarse tal y como es mientras juega, participa y realiza actividades en grupo. Es entonces cuando la acción educativa se convierte en realmente significativa y los aprendizajes surgen de la práctica y la vivencia, no solo de los libros sino también del juego. A menudo nos preocupa que los niños estén bien alimentados, que adquieran conocimientos en el aula, pero difícilmente consideramos posibilitarles horas de juego creativo y libre, de descubrimiento por sí mismos, espacios para, simplemente, jugar, reír y pasárselo bien. En ocasiones nos olvidamos de estos momentos esenciales para el desarrollo armónico de la persona.

Así pues, podemos afirmar que el tiempo libre cumple con una triple función: de desarrollo, de diversión y de descanso; es el tiempo que va más allá de las obligaciones y necesidades del individuo, es la actividad que la persona realiza durante su tiempo libre en lugar de rendirse al consumo pasivo de videojuegos, TV, etc. Es un tiempo en que la persona es libre y escoge jugar.

Lo que define a nuestros Casales de Verano de las escuelas Jesuitas es la voluntad de formar personas integrales para una sociedad diferente. Creemos que la educación es el instrumento que configura decisivamente nuestra manera de entender el mundo y nuestras decisiones; por este motivo, nuestro compromiso es educar en estrecha colaboración con las familias para que los alumnos descubran todo su potencial y desarrollen un proyecto vital personal.

Es por ello que desde los propios Casales de cada escuela pretendemos formar, mediante la educación en el tiempo libre, a personas:

• Conscientes: Que ponderan el entorno, que reflexionan sobre lo que ocurre a su alrededor, que poseen una mirada crítica y que ofrecen respuestas creativas.
• Competentes: Capaces de desarrollarse en la complejidad del siglo XXI, guiándose por criterios basados en el sentido de la convivencia y la contribución a la transformación social siguiendo ideales y valores encaminados a construir un mundo más humano.
• Compasivas: Personas capaces de evolucionar desde sentimientos de caridad y compasión hacia un sentido de la justicia y la solidaridad, que favorezcan el cambio de las estructuras injustas.
• Comprometidas: Personas que entienden que estamos interconectados entre nosotros y con la Tierra.
• Flexibles y abiertas al cambio: Que poseen la capacidad de pensar en los propios talentos y de adaptarlos a las situaciones cambiantes, personas que entienden la vida como un proceso de aprendizaje permanente.
• Globales y con muchos idiomas: Personas capaces de relacionarse y entender la diversidad de puntos de vista, las diferentes culturas o el contexto complejo. Personas que entienden que el mundo es su casa.
• Multiculturales, sistémicas y digitales: Capaces de aprender el dominio de unas herramientas que están transformando el mundo y que son instrumento de lo mejor y de lo peor.
• Autónomas, capaces de trabajar colaborativamente y en red: Personas que entiendan el trabajo en equipo como un camino hacia la forma natural de trabajar en un mundo en red donde poder desarrollar su propio proyecto vital y profesional.
• Con espiritualidad y capacidad de conducir la propia vida: Personas capaces de conducir su vida como testigos de la obra de Dios. Implicados a cultivar sus talentos e interesados en ponerlos al servicio de los otros, desde una vida íntegra y llena. Buscamos formar personas que encuentren su felicidad desde la inspiración interior y la realización exterior en el mundo que les rodea.