Al llegar a Barcelona, los hombres y mujeres procedentes del campo se encontraban con un entorno laboral desconocido, que exigía a menudo conocimientos técnicos y habilidades básicas como saber leer y escribir. La falta de estos conocimientos dificultaba enormemente su integración en un modelo económico industrializado que se extendía rápidamente y que, en pocos años, se convertiría en hegemónico en la ciudad. La precariedad con la que se instalaban miles de familias -a menudo en barrios irregulares, sin servicios ni atención por parte de las administraciones- creaba un contexto duro y adverso.
Es en este contexto que la Hermandad de Ingenieros Industriales, conocedora de las necesidades de las empresas en las que trabajaban sus miembros, pide a la Compañía de Jesús poder utilizar los locales de la escuela que había fundado en el Clot en 1900, para establecer una escuela profesional. Así nace la Formación Profesional en Jesuitas El Clot, que desde entonces ha acompañado a decenas de miles de jóvenes en la construcción de su futuro profesional. La escuela del Clot existía ya desde 1900, y desde el principio había sido un punto de encuentro para ofrecer oportunidades a quienes más lo necesitaba: bachilleratos nocturnos para trabajadores, cursos de alfabetización… todo vinculado a una comunidad cristiana muy activa, atenta a las necesidades del barrio del Clot y de los alrededores.
La escuela del Clot, en 1940, renacía literalmente de sus cenizas, ya que había sido quemada y arrasada durante la Guerra Civil. Y lo hacía con una apuesta clara: ofrecer acompañamiento a quien más lo necesitaba, poner el conocimiento al alcance de los trabajadores, y formar a obreros cualificados para las empresas del barrio y de las que se irían instalando en las décadas posteriores.